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La teoría de la revolución permanente, o ininterrumpida, y Siria

Traduccion de un articulo que originalmente publicamos en ingles aqui.

Traducido por El Grupo de Estudios Centroamericanos. Se encuentra su traduccion aqui.

Nota introductoria original de Oakland Socialist:

Oaklandsocialist ha producido una serie de artículos y panfletos sobre la revolución y la contrarrevolución en Siria. Parte de lo que se necesita es un entendimiento teórico sobre lo que pasó con la Primavera Árabe y la revolución Siria. La teoría de revolución permanente, o ininterrumpida, de León Trotsky, explica por qué el capitalismo no podría nunca lograr en el mundo subdesarrollado lo que logró en los países capitalistas avanzados. ¿Aplica eso a Siria? El capitalismo ha significado crisis y desastres sin fin en el viejo mundo colonial. Guerras, genocidio, represión, pobreza, todas han sido el orden del día. ¿Por qué ha sido así? La teoría de la revolución permanente ayuda a explicar esto.

Lo que sigue está basado en una presentación hecha a un pequeño grupo de socialistas en Oakland. Esa presentación fue grabada y puede ser escuchada en línea.

Deberíamos empezar comentando que la teoría no son unos principios derivados de la contemplación de nuestra panza. Es historia destilada, entonces es en la historia que debemos asomarnos. La historia de Siria ejemplifica la teoría de Trotsky.

La revolución capitalista.

En Europa Oriental, la clase capitalista originalmente jugó un papel muy revolucionario. Lograron unir los pequeños feudos diferentes en grandes masas de tierra, los estados nación. Al hacer esto, crearon los grandes mercados que eran necesarios para que los capitalistas desarrollaran las fábricas. Ellos derrocaron la aristocracia terrateniente feudal y redistribuyeron la tierra a los campesinos. Para poder desarrollar la ciencia y la tecnología, limitaron las creencias supersticiosas (la religión) que había dominado a la sociedad feudal y, como una concesión a las masas, establecieron algunas normas democráticas.

Pero en el mundo colonial fue diferente. El capitalismo fue impuesto por afuera, por los invasores coloniales. Estos poderes coloniales construyeron una base en sus colonias mediante las viejas clases terratenientes que ya existían. En los lugares que tal clase no existía, lo colonos la crearon. Más adelante, una parte de esta clase terrateniente se desarrolló en una clase capitalista, pero sus nexos con la clase terrateniente se mantuvieron. Ya que estaban ligados tanto a los imperialistas como a la vieja clase terrateniente, fueron incapaces de jugar el rol que las clases capitalistas habían jugado en el mundo capitalista ya desarrollado. Y ya que la clase trabajadora tenía ya sus tradiciones propias en una escala mundial, ellos vivían en un temor perpetuo de esa clase.

El campesinado

Los pequeños agricultores, los campesinos, estaban esparcidos y su objetivo principal era conseguirse su propia tierra. Mientras que ellos podían jugar un rol revolucionario, no podían liderar una revolución contra el imperialismo y por una democracia capitalista moderna.

La clase obrera

Ése último rol le cae al proletariado, a la clase trabajadora. Pero una vez que inician a marchar por ese camino, habiendo tomado el poder, no pueden parar sin llegar hasta el final. Si lo hacen, la clase capitalista intervendrá y los aplastará. Deben seguir marchando sin parar y derrocar el capitalismo sin ninguna interrupción. Por lo tanto, se le llama la teoría de la revolución ininterrumpida, o revolución permanente.

Pero también hay otro paso necesario: el capitalismo es un sistema mundial. No puede existir en un solo país. Lo mismo aplica para el capitalismo. Una revolución socialista puede empezar en un país, pero debe esparcirse.

Siria es un caso específico de esto.

El Imperio Otomano.

En el siglo XIX, lo que ahora conocemos como Siria estaba dominado por el Imperio Otomano. A finales de los 1800, ese imperio instituyó una reforma agraria llamada Tanzimat. Ellos transfirieron la tierra del Estado a los terratenientes privados. Hicieron esto con la intención de crear una clase terrateniente que ellos esperaban que funcionaría como una barrera a las revoluciones capitalistas que habían recorrido Europa. Entonces ya vemos, bajo la dominación Otomana el rol reaccionario del imperialismo.

El Acuerdo Sikes-Picot y el imperialismo francés.

El Imperio Otomano fue aplastado en la primera guerra mundial. Bajo el Acuerdo Sykes-Picot, también conocido como el Acuerdo de Asia Menor, los capitalistas ingleses y franceses definieron cual parte del mundo árabe sería saqueado y pillado por dichos poderes. Los imperialistas franceses obtuvieron lo que hoy en día es Siria.

Los imperialistas franceses activamente disuadían el desarrollo industrial en Siria. Ellos estaban a favor de una sociedad dominada por terratenientes en la cúspide. Los terratenientes eran menos del 1% de la población, pero eran dueños de más de toda la tierra en propiedad privada. También dominaban todas las posiciones políticas, profesionales y burocráticas importantes.

Bajo la dominación imperialista francesa, la economía giraba alrededor de producción agrícola para la exportación, principalmente hacia Francia, por supuesto.

Pero también bajo la dominación francesa existía una capa de la élite siria que viajaba a Europa a obtener una educación formal. Ellos volvieron con algunos valores capitalistas modernos, incluyendo algunos valores nacionalistas. Ellos querían ver a Siria convertirse en un estado capitalista moderno e independiente. Pero no podían quebrar con su clase en casa. Como escribe Samer Aboud en su libro Siria, “Las élites se dieron cuenta de que los intereses franceses eran cada vez más perjudiciales a su nacionalismo (…) aunque la élite se había beneficiado enormemente de los franceses (…) había una división contenciosa entre las autoridades francesas y la élite a través de la cual ellos gobernaban a Siria.” En otras palabras, la “élite” quería modernidad e independencia, pero al mismo tiempo estaban amarrados a la tenencia de tierras y al imperialismo francés.

En cuanto concierne al campesinado, usualmente la competencia por la tierra se desarrolla mediante lealtades de clan y de religión. Esto fue lo que pasó en Siria, cuyo campesinado estaba dividido mediante dichas líneas.

Así que le quedó el trabajo a la clase trabajadora de llevar a cabo una revolución. Pero para hacer eso, necesitaba estar unida en un partido revolucionario. A lo largo del mundo colonial, los Partidos Comunistas habían llegado a ser los partidos de liderazgo en la clase trabajadora. Eso era cierto en Siria. Pero esos partidos, controlados por la burocracia soviética, fueron utilizados como una herramienta para avanzar los intereses de ésa misma burocracia. Algunas veces esos intereses se combinaban con los intereses de la clase trabajadora donde estaban localizados, otras veces no.

En 1948, un evento traumático ocurrió en el mundo árabe: la creación del Estado racista de Israel. Stalin vio la creación de ese Estado como un golpe contra el imperialismo británico y apoyó a Israel. Como resultado, los Partidos Comunistas a lo largo del mundo árabe, también apoyaron a Israel, incluyendo el Partido Comunista de Siria, lo que causó una pérdida de credibilidad entre la clase obrera siria.

1950s y más allá.

Los cincuentas vieron suceder una serie de golpes militares en Siria y el surgimiento del panarabismo. ¿Qué otra forma de solidaridad amplia estaba disponible, después de todo? No estaba a su alcance la revolución panárabe de clase obrera debido a la traición de los Partidos Comunistas Árabes. En otras palabras, la clase trabajadora no era capaz de encontrar la forma de liderar la revolución colonial.

Como resultado, vimos la creación de la República Árabe Unida (en árabe: ﺍﻟﺠﻤﻬﻮﺭﻳﺔ ﺍﻟﻌﺮﺑﻴﺔ ﺍﻟﻤﺘﺤﺪﺓ, Al-Ŷumḥūriyya Al-‘Arabiyya Al-Muttaḥida) o RAU en 1958. La RAU, y por lo tanto Siria, estaba dominada por Egipto, el cual jugó un papel semi imperialista en esta configuración. Debido a esto, Siria hizo un quiebre con la RAU en 1961.

1960s.

Los sesentas vieron una clase capitalista siria débil que fue incapaz de liderar a la sociedad y por lo tanto incapaz de establecer algún tipo de base amplia de apoyo a lo largo de Siria. Una situación similar se desarrolló al o largo del mundo subdesarrollado, incluyendo a Latinoamérica, desde Argentina hasta México. El resultado fue que una casta, usualmente girando alrededor del ejército, se levantó. Estaban ligados a la clase capitalista pero también parcialmente independientes de ella, y fueron quienes tomaron el control del Estado.

Eso es lo que es el Bonapartismo, y ¿en dónde, en qué parte del mundo previamente colonial, ha existido una democracia capitalista extendida y estable? Hoy en día en India, por ejemplo, el sistema de castas se mantiene, y bajo la dominación del Bharatiya Janata Party (BJP), que traducido significa Partido Popular Indio, los ataques hindúes sectarios contra la minoría musulmana están incrementando.

En Siria y a lo largo del mundo árabe, la impopularidad del capitalismo y de los deseos nacionalistas llevaron a la creación del Partido Baaz Árabe Socialista Sirio[1]. El Partido Baaz Sirio fue dividido en un ala radical anticapitalista basada principalmente en el campesinado, y un ala más conservadora basada principalmente en una capa de oficiales militares y otros burócratas que eran principalmente Alauís (Los Alauís mismos tienen una historia interesante: Originalmente una minoría especialmente oprimida bajo la dominación otomana y francesa, sus únicos medios de surgimiento fueron mediante el ejército en el cual una capa de Alauís en su momento tendía a dominar.)

Dinastía Assad.

En 1970m Hafez Assad toma el poder en un golpe derechista contra el ala izquierdista del Partido Baaz. Como explican Yassin’Kassab y al Shami en su libro Burning Country: “Gradualmente una clase de Alauí-Sunni/negocios empezó a converger.”

Durante todo este tiempo, en una serie entera de países, vimos que camarillas dominantes similares nacionalizaban grandes sectores de la economía y establecían intervención estatal en la economía en la forma de reformas agrarias limitadas y apoyos de precio para bienes de consumo básicos. Esto es lo que pasó en Latinoamérica, Asia del este (India, por ejemplo) y también a lo largo del mundo árabe, incluyendo siria. Esto representaba la completa inhabilidad del capitalismo de desarrollar a la sociedad. Políticamente, estaba basado parcialmente en la existencia de la Unión Soviética. Sin embargo, para el fin de los ochentas, el colapso de los precios del petróleo creó una crisis en el mundo árabe.

Y para el final de los noventas, como explican Kassab y al-Shami, “justo antes de la muerte de Hafiz al-Assad, el estado enfrentaba una crisis económica potencial: una necesidad desesperada de nuevos trabajos, el alivio de la dependencia petrolera, estancamiento económico, estándares de vida decrecientes de vida y un incremento en la pobreza”.

En el período anterior, el régimen había sido incapaz de quebrar completamente con el imperialismo, pero fue capaz de brincar entre un poder imperialista y otro y previamente entre el imperialismo mundial y la Unión Soviética. Fue capaz de tener un pequeño grado de independencia e incluso presentarse a sí mismo como un estado “anti-imperialista”.

Pero no más.

Al igual que en otros países subdesarrollados, Siria fue obligada a comprometerse con las leyes económicas del mercado “libre”. Una carrera desenfrenada para saquear al estado se disparó. Naomi Klein describe esta carrera muy bien en su libro seminal The Shock Doctrine (La doctrina del Shock). En Siria, Bashar al-Assad abrió la economía al saqueo del capital financiero mundial. Hubo un incremento en la desigualdad del 50%, dejando la mitad de la riqueza en las manos del 5% de la población. Para el 2004, el 30% de la población estaba viviendo en la pobreza y el 11.4% vivía en la pobreza extrema. En el campo, cientos de miles de pequeños agricultores fueron expulsados de la tierra. Se movieron a las zonas urbanas creando barrios marginales gigantes alrededor de las ciudades.

Los ricos no estaban sufriendo, sin embargo. Como Kassab y al-Shami lo describen: “Durante los meses de verano calientes, las tuberías de agua fluían quizás una vez a la semana en las áreas más pobres, mientras que los jardines de los ricos se mantuvieron verdes y abundantes.”

Al igual que otros estados, el proceso de privatización también significó increíble riqueza para el pequeño circulo alrededor de Assad, donde el más notorio fue su primo Rami Makhlouf, quien llegó a controlar un estimado del 60% de la economía siria de acuerdo a Kassab y al-Shami.

Primavera Árabe.

Por lo tanto, para el 2011, Siria estaba experimentando una fuerte represión estatal y pobreza masiva. Se convirtió en una revolución esperando a suceder. ¿Pero qué forma tomaría esa revolución?

De nuevo, Kassab y al-Shami explican los fracasos de movimientos previos en Siria: “Otra razón por la cual la oposición tradicional no logró construir una base popular fue por su enfoque en reformas políticas en vez de la situación económica cada vez más desesperada de las personas comunes. La coalición pro-democrática estaba compuesta de nacionalistas, comunistas, marxistas, islamistas y liberales. Habría sido difícil, por lo tanto, formular un programa económico con el cual todos pudiesen estar de acuerdo. Pero se necesitaba uno, y ningún esfuerzo serio se hizo para producirlo”.

¿Pero cómo se podría haber producido tal programa? El capitalismo había sido un desastre sinfín para el mundo subdesarrollado, incluyendo Siria, pero muchas de esas tendencias políticas antes descritas estaban amarradas al capitalismo. Los “marxistas” no eran realmente marxistas para nada, como quedó demostrado en la traición del Partido Comunista Sirio en 1948.

La revolución que estaba esperando sucedió – en el 2011, en la forma de la primavera árabe. Originándose en Tunicia, se propagó por la mayoría del mundo árabe, incluyendo Siria. Ahí, los primeros signos surgieron con una protesta de jóvenes que grafitearon eslóganes anti-Assadistas en una pared. Fueron arrestados, desaparecidos, y unas semanas después sus cuerpos mutilados y torturados fueron tirados en las puertas de sus familiares. Pero esto no pudo frenar la fuerza imparable de la revolución, la cual se esparció como un fuego en una sequía. Y Siria estaba experimentando una sequía tanto literal como figurativa.

Comités Locales de Coordinación.

Lo común a todos los levantamientos revolucionarios es la creación de comités para coordinar y empujar la revolución hacia adelante. Lo vimos en la revolución Iraní (1978-79) a través de los Shuras, por ejemplo. La forma más completa de los mismos apareció en la revolución Rusa (1917) en la que los consejos obreros rusos, los Soviets, terminaron tomando el poder estatal.

En Siria, aparecieron los Comités Locales de Coordinación (CLCs). Los CLCs por lo general tomaron la tarea no sólo de organizar la revolución, pero también del Estado en general. Un reporte en Harper’s[2] explica: “Las cortes dejaron de funcionar, la basura se acumuló en las calles y la policía se quedó en casa. Para llenar el vacío, los ciudadanos se juntaron para elegir consejos – los agricultores formaron los suyos propios, al igual que hicieron los comerciantes, obreros, profesores, estudiantes, médicos, jueces, ingenieros y desempleados. En algunos casos, los consejos se fusionaron con redes activistas pre-existentes llamadas Comités Locales de Coordinación. A su vez, las mismas escogieron delegados para reunirse en un consejo de toda la ciudad, que en Taftanaz y los pueblos aledaños fue la única forma de gobierno que la ciudadanía reconoció [¡!]. Alrededor del pueblo de Taftanaz, entre la destrucción, consejos rebeldes como éste se reunían – veintisiete en total, y cada uno de ellos había elegido a un delegado para que se sentara en el consejo de la ciudad. Los consejos eran una señal de una transformación profunda que la revolución había traído.

En el pueblo aledaño de Binnish, visité el consejo de agricultores, un cuerpo de alrededor de mil miembros que establecían los precios de los granos y adjudicaban disputas sobre el terreno. Su líder, un señor viejo que llamaré Abdul Hakim, me explicó que antes de la revolución, los granjeros eran forzados a vender el grano al gobierno a un precio que apenas cubría el costo de producción (…) El comité de asuntos públicos de uno de los consejos revolucionarios del pueblo se reunió. Un señor de bigote golpeó el piso con sus manos y gritó: “¡Esta es una revolución de los pobres! Los ricos van a tener que aceptarlo.””

Para “los pobres”, la economía – pan y tierra – es lo esencial. ¿Pero cómo podía la primavera árabe en general, y la revolución siria en particular, lidiar con eso? Si el capitalismo significaba aumento de la pobreza y represión incluso en los países más desarrollados del mundo capitalista, ¿cómo podría satisfacer las necesidades de un país como Siria? La única respuesta posible sería tomar las alturas de la dirección de la economía y subordinarlas a la propiedad pública, y en vez de tenerlas bajo el control de alguna camarilla corrupta como la de la familia y amistades de Assad, ponerlas bajo el control y la administración democrática de la clase trabajadora misma.

En otras palabras, la revolución necesita ser “permanente”, necesita ser ininterrumpida.

Esto está relacionado a otro problema: Assad se enfrentó a la revolución con represión masiva. Esto causó que muchísimos rasos del ejército desertaran y se pasaran al lado de la revolución. Los oficiales de bajo y medio rango, inclusive algunos de alto rango, también se fueron en un intento por controlar a los rasos. ¿Se quedarían los soldados rasos bajo su control? La única forma de haber prevenido el control de los altos rangos habría sido mediante el reclutamiento activo y sistemático de los rasos para que entraran en los Comités Locales de Coordinación, y llegar a elegir sus propios delegados dentro de éstos. Aunque esto sucedió en algunos casos, no hubo un impulso sistemático de llevar esto a cabo. Ni habría sido posible sin un programa de “pan y tierra” para ganarse a la gran masa de soldados rasos. Pero de nuevo, esto habría significado tomar las alturas de la dirección de la economía y haber instituido un plan para desarrollar a Siria bajo el control y la administración democrática de la clase trabajadora misma.

Internacional.

Si una revolución socialista hubiese tan siquiera empezado a surgir en Siria, todos los países capitalistas aledaños, además del imperialismo mundial, habrían intervenido. ¡Pero ellos hicieron esto de todas formas! Y tal revolución habría apelado a la clase trabajadora en los países aledaños. En Turquía, por ejemplo, ha habido toda clase de huelgas y protestas obreras. En Egipto, que estaba experimentando la misma Primavera Árabe, la clase trabajadora poderosa estaba jugando un rol inmenso. La clase trabajadora Saudita es en gran medida internacional, con trabajadores importados de las Filipinas, Pakistán, y otros lugares. Ellos estarían deseosos de tal propuesta. Aún más allá, incluso en los estados unidos el descontento estaba siendo expresado en el movimiento Occupy.

El levantamiento panárabe de la Primavera Árabe demuestra el potencial para una revuelta anticapitalista regional desde el comienzo. Un programa y una estrategia socialista revolucionaria habría sido emulada en Egipto, Tunicia y Libia como en otros lugares de la región. (En Egipto, incidentalmente, las ocupaciones de las plazas crearon comités de ocupación que en algunas maneras eran similares a los CLCs de Siria).

Sin tal programa, la revolución siria estaba atascada con lo peor de los dos mundos: intervención imperialista sin el apoyo directo y sistemático de la revolución dentro de la clase trabajadora en esos países.

Contrarrevolución.

Como resultado, la contrarrevolución arrasó en Siria. Esto tomó la forma tanto de la intervención del Estado Islámico (el cual contaba con apoyo de Assad) como del régimen de Assad mismo, basado principalmente en el apoyo del imperialismo ruso y el sub imperialismo Iraní. El imperialismo estadounidense también le dio apoyo indirecto al régimen de Assad.

¿Como van a desarrollarse los eventos en Siria? Una posibilidad parece ser que los diferentes poderes imperialistas se repartan a Siria de la misma forma en la que se repartieron la totalidad del mundo árabe mediante el acuerdo Sykes-Picot. Una sección de Siria permanecería bajo el control de Assad, con el apoyo del imperialismo ruso. Otra estaría controlada por el imperialismo iraní. Otra por el imperialismo turco y otra, al noreste, por el imperialismo estadounidense. El imperialismo israelita retendría por supuesto el control sobre los Altos del Golán y buscaría expandir ese control.

Esa sería una situación inherentemente inestable, con violencia y represión continua.

Desde aquí en los Estados Unidos, sin embargo, as imposible realmente saber cuáles son las fuerzas efectivas y cuánto de la gran situación original de Siria queda. Por el momento, parece que están siendo arreados hacia Idlib para un enfrentamiento final. ¿Serán capares de resistir victoriosamente? En el resto del país, parece que se está llevando a cabo una limpieza étnica, donde las poblaciones que Assad espera que sean más leales a él reemplacen las que se están eliminando. ¿Seguirán siendo leales? ¿Quién sabe?

En cualquier caso, debemos recordar que la Primavera Árabe le dio inicio a un nuevo período de revuelta anticapitalista a través del mundo. Nuevas revueltas similares vienen de camino, como las huelgas masivas de Francia lo demuestran. Tremendas perturbaciones están esperando a suceder. Mientras tanto, necesitamos aprender de las lecciones de la Primavera Árabe en general y en particular de la gran revolución Siria en particular.

Esperamos que estos comentarios puedan ser una contribución a ese proceso.

[1] El Partido Baaz Árabe Socialista es en algunas ocasiones llamado Partido del Renacimiento Árabe Socialista (pronunciado Baaz, también transcrito como Baath o Baʿaṯ que significa renacimiento), en árabe: حزب البعث العربي الاشتراكي Hizb al-Baʿaṯ al-ʿArabī al-Ištirākī.

[2] https://harpers.org/archive/2012/08/welcome-to-free-syria/

 

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